La escena del casero de El Padrino II, resume un tipo de negociación que continúa tras el acuerdo. En algunas ocasiones he podido percibir esta manera de hacerlo, asociada a ciertas culturas orientales como la india o china, por ejemplo, aunque se puede dar en cualquiera.
Una vez que parece haber sido aceptado el acuerdo de mantener a la viuda en el piso (con la aceptación del dinero por adelantado) y cuando al principio se da por hecho que el problema (el perro) ya ha sido subsanado, la última frase de Corleone, con “el perro se queda, ¡eh!” reabre la negociación.
Pero posteriormente, cuando el casero, reconoce el poder del Padrino, la vuelta a la oficina recuerda la frase de Tucídides que escribiera hace más de do smil años en la conferencia celebrada entre los representantes de Atenas y los de Melos.
“… en la discusión de los negocios humanos, la cuestión de la justicia únicamente tiene entrada allí donde se equilibran las fuerzas que la apoyan, y sabemos que los poderosos sacan cuanto pueden y que los débiles conceden lo que tienen que conceder.”
No hemos evolucionado tanto desde entonces…